En Japón, la flor del cerezo tiene un significado importante. Para los samurái era su ideal: Esperaban morir mientras mantenían su esplendor en la batalla, y no por envejecer. Igual que la flor del cerezo (sakura, en japonés) cae del árbol antes de marchitarse, empujada por el viento. Además, hay una leyenda que cuenta que en un principio, las sakuras sólo eran blancas. Pero el seppuku (suicidio ritual para evitar la deshonra) que un samurái o un miembro de su familia cometía, solía realizarse delante de un cerezo. Por ello, según la historia, las flores del cerezo comenzaron a tornarse rosadas, debido a la sangre que absorbía el árbol.
Actualmente, el momento en el que florecen los cerezos es muy esperado en Japón, es la excusa perfecta para un picnic en un parque mientras se contemplan las flores.
Incluso las empresas organizan comidas bajo las rosadas ramas de los cerezos, teniendo reservado un buen sitio donde sentarse con días de antelación. A este periodo, en el que los cerezos florecen, se le llama Hanami, y es anunciado por la oficina de meteorología cada año .