Siluetas en un mar de amor...

Cayó la noche... el mar acariciaba su piel

con sutileza máxima...

El silencio total de la oscuridad

y la luna reflejada en todo su esplendor

creaba el paisaje perfecto... 

De pronto una brisa intensa nació,

rompiendo la mudez del anochecer constelado...

el océano se abrió de par en par dejando ver

 una silueta formada en la arena...

El amado vino a su encuentro...

paso a paso, latido a latido

avanzaba en la inmensidad de la noche...

Desnudos hasta la piel se abrazaron sus corazones,

su ser en el otro ser, su sangre en las venas de su amado...

Ambos alientos tocaban sus almas,

intercambios de sentir, mezclas de pasiones ...

Se detuvo el tiempo y el cielo se hizo eterno;

siluetas ardían envueltas en la magia del océano infinito...

caricia tras caricia, besos que penetraban en su esencia.

Dueño y señor se sentía el amor volando

entre el cielo y la tierra...

danzaba esparciendo fuego y olas desesperadas...

Asfixiados de placer, voces agonizando,

quemándose hasta el punto máximo...

Y el mar se calmo,  también el aliento...

una onda marina los cobijó en sus brazos.

Caras empapadas de felicidad, de amor, de pasión...

Se miraron un minuto,  escucharon los latidos del alma...

y en un profundo beso se desvanecieron eternamente...